Caso clínico
Mujer de 61 años, asintomática, con antecedentes de pólipos adenomatosos de colon (adenomas tubulares con displasia de bajo grado), extirpados endoscópicamente, sin presentar antecedentes familiares ni médico-quirúrgicos de interés. En colonoscopia, realizada para seguimiento de pólipos adenomatosos, se aprecia en la zona apendicular una lesión de aspecto submucoso, de morfología nodular, de unos 8-9 mms, recubierta de mucosa aparentemente normal (Figura 1). Presentaba una consistencia pétrea, siendo imposible atrapar mediante asa de polipectomía. La biopsia tomada durante la colonoscopia no muestra hallazgos relevantes. Se realiza finalmente resección de apéndice y polo cecal mediante laparoscopia asistida mediante colonoscopia, apreciando en la base del apéndice una lesión dura, con áreas de calcificación y abundante producción de moco (Figura 2). El examen anatomopatológico mostró la presencia de un adenocarcinoma apendicular bien diferenciado, limitado a la submucosa (Figura 3). No existían adenopatías ni metástasis a distancia.
Discusión
La presencia de una lesión de aspecto submucoso en la zona del orificio apendicular obliga a descartar la presencia de una neoplasia, en especial si presenta erosiones en su superficie, aconsejando algunos autores traccionar la lesión con pinza o asa de polipectomía, para facilitar su visualización[1]. En nuestro caso, en una paciente en seguimiento por pólipos adenomatosos de colon, se identificó una lesión de aspecto submucoso en el orificio apendicular, que se resecó en quirófano mediante laparoscopia asistida con colonoscopia. El adenocarcinoma apendicular es muy infrecuente. Se observa en el 0.11-0.80 % de las apendicectomías[2]-[5]. Tan sólo en el 11% de los pacientes con adenocarcinoma apendicular de la serie de Trivedi y colaboradores se observaron signos endoscópicos que permitían sospecharlo[6]. Aunque posiblemente sólo los casos de afectación del extremo cecal del apéndice o los estadíos avanzados, probablemente sintomáticos, sean posibles diagnosticarlos mediante colonoscopia, es probable que la observación cuidadosa del orificio apendicular pueda detectar un mayor porcentaje de casos. La apendicectomía simple, con resección del polo cecal, permite, como en nuestro caso, la curación en casos de adenocarcinomas intramucosos, así como en tumores bien diferenciados limitados a la submucosa[7]. Es obligado en estos casos un adecuado seguimiento y tratamiento oncológico posterior, igual que en otras localizaciones. Algunos autores aconsejan realizar hemicolectomía derecha y extirpación ganglionar[8], [9]. En el 43% de los pacientes con adenocarcinoma apendicular se observan otros adenomas sincrónicos en colon[6] y en un 18% neoplasias sincrónicas o metacrónicas (17 %)[10]. Estos datos refuerzan el criterio de una exploración cuidadosa del área apendicular, especialmente en el seguimiento de pacientes con adenomas de colon.




