CORRESPONDENCIA
Mileidis San Juan Acosta
Unidad de Gestión Clínica de Aparato Digestivo
Hospital Universitario Virgen Macarena
Avenida Dr. Fedriani s/n. Sevilla. España.
Teléfono: +34955008801; Fax: +34955008805
msanjuanacosta@gmail.com
Caso clínico
Mujer de 26 años de edad con síndrome de Rubinstein Taybi y antecedente de impactación alimentaria dos años antes, con sospecha endoscópica de esofagitis eosinofílica (sin estudio histológico por desaturación durante la técnica).
Ingresa por episodio de disfagia e impactación alimentaria, realizándose gastroscopia y observándose en tercio distal esofágico resto alimentario que se extrae parcialmente, al visualizarse en la zona de decúbito úlcera con sangrado leve.
A las 72 horas de la endoscopia, comienza con fiebre (38º) y epigastralgia. Analíticamente, leucocitos 24300 g/dl, amilasa 838 U/L y PCR 539 mg/l. Ante la sospecha de mediastinitis se realizó Rx y TC de Tórax, revelando perforación esofágica a la altura de la carina, fístula esófago-pleural derecha, derrame pleural bilateral y neumomediastino (Figura 1). Antes estos hallazgos, se realizó toracotomía urgente con drenaje del neumomediastino, sutura de la perforación y yeyunostomía de alimentación, con buena evolución clínica (Figura 2).
Discusión
El Síndrome de Rubinstein-Taybi (SRT) es un trastorno genético muy infrecuente debido a una mutación en el gen de la proteína fijadora CREBBP en el cromosoma 16. Se caracteriza por pulgares y dedos de los pies arqueados y retraso psicomotor[1]. Suele asociar reflujo gastroesofágico, disfagia y constipación crónica.
Disfagia e impactación alimentaria recurrente se han reportado en pacientes con SRT en la infancia por anillos vasculares y membranas post-cricoideas[2]. Nuestra paciente tenía una alta sospecha previa de esofagitis eosinofílica. Es conocido que la perforación esofágica, espontánea o tras toma de biopsias, aumenta en estos pacientes[3], [4]. Sin embargo, la asociación esofagitis eosinofílica y SRT es muy rara, con sólo 2 casos descritos en la edad pediátrica[5].
La singularidad de nuestro caso radica en la ausencia de asociación previa en la literatura entre síndrome de Rubinstein-Taybi y perforación esofágica, hecho que muy probablemente aconteciera sobre la base de una esofagitis eosinofílica.