CORRESPONDENCIA
Laura Díaz Rubia
Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario San Cecilio.
18016 Granada
CITA ESTE TRABAJO
Díaz Rubia L, García Verdejo FJ. Biloma gigante tras hepatectomía en paciente con cáncer de colon metastásico. RAPD Online. 2019;42(5):178-81.
Introducción
La cirugía de resección hepática, ya sea mayor o menor, presenta en la actualidad una baja mortalidad (no superior al 4%) pero la morbilidad asociada a estas intervenciones quirúrgicas se sitúa en aproximadamente un 40%, siendo sus principales complicaciones las colecciones postquirúrgicas, el coleperitoneo, la formación de fístulas biliares, la estenosis biliar residual, la hemobilia y la colangitis.
Las formación de colecciones con contenido biliar, o bilomas, suponen la complicación más frecuente tras una cirugía de resección hepática[1],[2].
A continuación, presentamos un caso ilustrativo de un paciente que, en el postoperatorio de una hepatectomía parcial por metástasis hepática única de cáncer de colon, desarrolla un biloma gigante sintomático.
Caso clínico
Varón de 46 años con antecedentes familiares de cáncer de colon (madre y abuelo materno) e historia personal de hemicolectomía derecha por adenocarcinoma de colon derecho con metástasis hepática única en segmento 4, que se trató en principio con quimioterapia y embolización portal derecha (Figura 1) para hipertrofiar el lóbulo hepático izquierdo y que en un segundo tiempo se intervino quirúrgicamente para realización de hepatectomía derecha ampliada, que cursó un postoperatorio inmediato sin incidencias.
Figura 1
Imagen en axial de TC de abdomen con contraste intravenoso previo a la cirugía en el que se observa lesión hipocaptante en segmento 4 hepático (flecha) en relación con metástasis hepática y material de embolización en segmentos hepáticos derechos.
A los 15 días de la cirugía el paciente acudió a urgencias por intenso dolor abdominal en flanco derecho junto a masa palpable en hipocondrio derecho, malestar general y fiebre de 38,5ºC.
En analítica destacó aumento de reactantes de fase aguda con neutrofilia del 78% y PCR de 122 mg/L.
Ante la sospecha clínica de complicación posquirúrgica se solicitó una tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis con contraste intravenoso (Figuras 2-4) en la que se visualizó una extensa colección de densidad líquido en el lecho quirúrgico de hasta 16 cm de longitud con realce periférico tras la administración de contraste y algunas burbujas aéreas de pequeño tamaño en su porción más craneal; estos hallazgos eran compatibles con biloma posquirúrgico con signos de sobreinfección (realce periférico de contraste y gas en su interior).
Figura 2
Imagen en axial de TC de abdomen con contraste intravenoso en el postoperatorio del paciente que muestra extensa colección hipodensa en lecho de hepatectomía que asocia realce periférico, compatible con biloma.
Figura 3
Imagen en plano coronal de TC de abdomen y pelvis con contraste intravenoso en la que se visualiza extensa colección en lecho de hepatectomía con realce periférico tras contraste y algunas burbujas aéreas en su porción craneal, que sugieren biloma con signos de sobreinfección.
Figura 4
Imagen en plano sagital de biloma gigante en lecho de hepatectomía con una extensión de hasta 16 cm de longitud craneocaudal.
Tras esto el paciente ingresó en el hospital para tratamiento del biloma mediante antibioterapia intravenosa y drenaje percutáneo guiado por radioscopia que se realizó sin incidencias. El paciente evolucionó favorablemente y en la TC de control se observó reducción importante de la colección (Figuras 5 y 6).
Discusión
El caso descrito se corresponde con una complicación frecuente descrita en la cirugía de resección hepática, como son las colecciones de contenido biliar o bilomas.
Los bilomas se producen por el acúmulo de bilis que proviene de la formación de una fuga biliar durante el acto quirúrgico al dañar algún radical biliar conformándose una fístula biliar "retenida" dentro de la colección. A pesar de ser una complicación frecuente, la formación de bilomas post-quirúrgicos ha disminuido en la actualidad debido a los avances técnicos y quirúrgicos disponibles y se pueden prevenir realizando una meticulosa disección y cierre de las fugas biliares en la superficie hepática de corte.
El biloma puede ser asintomático o dar clínica de dolor en hipocondrio derecho o sensación de masa a la exploración clínica. Cuando el biloma está infectado el paciente presentará fiebre, dolor abdominal y datos analíticos de sepsis con elevación de los reactantes de fase aguda.
El diagnóstico de esta patología se establece mediante pruebas de imagen, siendo la TC de elección, y en la que encontraremos una colección hepática hipodensa pudiendo mostrar burbujas aéreas en su interior y realce parietal tras la administración de contraste si está sobreinfectada, como ocurre en el paciente de este caso.
El tratamiento del biloma puede ser conservador con analgesia y antibioterapia empírica si no causa sintomatología al paciente ni tiene signos de infección. Cuando se sospecha complicación del mismo por infección o en caso de colecciones de gran tamaño se puede optar por drenaje bien transgástrico o percutáneo guiado por radioscopia o bien por intervención quirúrgica[3],[4], prefiriendo la primera si el paciente está estable clínicamente y la cirugía en casos de mayor gravedad.
Una vez que tenemos la sospecha clínica de un biloma, si se realiza el diagnóstico de forma precoz y se instaura un tratamiento apropiado el pronóstico de estos pacientes suele ser favorable.