CITA ESTE TRABAJO
Pérez Naranjo P, Briones Bajaña F, Cabrera Peña Á. Quiste peritoneal como único hallazgo de dolor crónico en hipocondrio derecho. RAPD Online. 2022;45(2):68-69.
Presentación del caso
Se presenta el caso de una mujer de 37 años de edad sin antecedentes clínicos destacables, que se encuentra en estudio por dolor abdominal localizado en hipocondrio derecho de 9 meses de evolución, a la que previamente se descartó afectación ginecológica y urológica debido a infecciones del tracto urinario de repetición.
Ante la persistencia del dolor se realizó de manera programada una ecografía de abdomen donde se evidenció como hallazgo incidental una imagen nodular de morfología ovoide y comportamiento quístico de unos 3 cm localizada en el espacio hepatorrenal (Figura 1).
Figura 1
Ecografía de abdomen donde se visualiza imagen nodular anecogénica sin señal doppler en su interior de unos 3 cm a nivel de espacio hepatorrenal compatible con quiste de aspecto simple.
Se remitió a consultas del especialista decidiendo ampliar el estudio con una Tomografía Computarizada (TC) de abdomen con contraste intravenoso para mejor caracterización de dicho hallazgo, donde se objetivó una lesión quística unilocular subcapsular hepática, adyacente al segmento 6, de aproximadamente 30 mm de eje mayor (Figura 2), que sugiere estar en relación con quiste del epitelio ciliado aunque no es la localización más típica.
Figura 2
Reconstrucciones axial de TC abdominopélvico con contraste i.v. adquirido en fase arterial y en fase portal. Imagen hipocaptante adyacente al segmento VI compatible con quiste de aspecto simple (flechas).
En un segundo tiempo se amplió estudio con resonancia magnética (RM) de abdomen con contraste intravenoso donde se confirma persistencia de lesión quística de aspecto simple de alta señal en T2 y baja señal en T1, sin restricción de la difusión ni captación de contraste (Figura 3).
Figura 3
RM de abdomen sin contraste iv corte axial [A] y coronal [B] en T2 y corte axial en T1 con contraste i.v. [C]. Se identifica imagen nodular ovoidea marcadamente hiperintensa en T2 ni captación de contraste de 2 cm a nivel de espacio hepatorrenal compatible con quiste (flechas).
El caso es presentado en Comité Multidisciplinar de tumores hepatobiliares decidiendo resección quirúrgica por parte del Servicio de Cirugía por riesgo de degeneración.
En quirófano, aprecia lesión quística que impronta a nivel hepático en segmento 6 dependiente del peritoneo parietal y que extirpan completamente sin apertura de la misma para su estudio histológico. Microscópicamente se observa formación quística revestida de células mesoteliales compatible con quiste peritoneal.
Discusión
Las tumoraciones quísticas abdominales de origen mesotelial se localizan a nivel yuxta-pleuro-peritoneal y están constituidas por una única cavidad revestida de superficie serosa y con pared formada por una o dos capas de células cúbicas[1].
Suelen resultar ante la falta de coalescencia de las capas peritoneales durante el desarrollo embriológico. Se manifiestan como lesiones quísticas uniloculares, de paredes finas, a menudo calcificadas, y con contenido seroso, aunque también pueden contener material quiloso. Tienen una localización variable, aunque es frecuente encontrarlos a nivel centroabdominal[2]. En la bibliografía revisada se refieren casos esporádicos.
Ante esta entidad se plantean problemas de diagnóstico clínico, tratamiento e incluso, sobre el conocimiento exacto de la lesión una vez extirpada. El diagnóstico diferencial, obligado con otras lesiones hepáticas y extrahepáticas no siempre permite tener la certeza suficiente para decidir si intervenir o no a estos pacientes[3].
Como alternativa a la cirugía, algunos autores proponen la punción, con o sin evacuación, seguida de escleroterapia con diferentes sustancias[1]. La intervención quirúrgica realizada en nuestro caso, se hace más por prevenir las complicaciones quísticas habituales intrabdominales: hemorragia, infección, rotura o sobretodo degeneración, que por conocer la auténtica patogenicidad de la lesión.
Posterior a la cirugía de extirpación nuestra paciente será sometida a controles de imagen mediante RM, solicitada recientemente y pendiente de realización.