CITA ESTE TRABAJO
Carballo Rubio V, Sendra C, Sousa Martín JM. Hematoma intramural esofágico. RAPD Online. 2019;42(6):XXX-XX.
Introducción
El hematoma intramural esofágico (HIE) es una hemorragia de la capa submucosa esofágica. Se ha relacionado con la edad avanzada y la terapia antiagregante. El diagnóstico suele realizarse mediante gastroscopia y no tiene tratamiento específico, presentando un curso clínico benigno con tendencia a la resolución espontánea. Presentamos un caso de HIE en una paciente de edad avanzada en el contexto de tratamiento con ácido acetil salicílico (AAS) que se manifestó con dolor retroesternal y disfagia, con resolución espontánea tras tratamiento conservador con dieta absoluta e inhibidores de la bomba de protones (IBP).
Caso clínico
Presentamos el caso clínico de una mujer de 84 años con antecedentes de hipertensión arterial, accidente vascular cerebral en prevención secundaria con ácido acetil salicílico y colitis ulcerosa en tratamiento con mesalazina. Acude por comenzar tras la deglución con dolor retroesternal intenso irradiado a escápula y disfagia, sin realizar esfuerzo nauseoso ni Valsalva. Se realizó gastroscopia con hallazgo de hematoma intramural esofágico (HIE) de tercio superior y medio esofágico (Figura 1). Dado el tamaño del hematoma se solicitó TAC de tórax que descartó complicaciones y analítica sin que asociase anemización. Se decidió tratamiento con dieta absoluta, sueroterapia, inhibidores de la bomba de protones (IBP) y analgesia con lo que la paciente quedó asintomática. A los 7 días se reinició la dieta oral. Una gastroscopia realizada a los 12 días mostró un esófago normal a excepción de una cicatriz lineal (Figura 2) y fue dada de alta.
Discusión
El HIE es una entidad poco frecuente. Consiste en una hemorragia de la capa submucosa del esófago que produce la disección de ésta respecto a la muscular y se origina clásicamente en la cara posterior del esófago distal.
Puede producirse de forma espontánea pero en más del 60% de los casos asocia un factor predisponente, siendo el más común la instrumentalización esofágica seguida de los trastornos de la coagulación (incluyendo medicación antiagregante y anticoagulante), la impactación alimentaria y la edad. Su formación se atribuye a cambios bruscos de la presión intraesofágica[1],[2],[3].
Los síntomas más comunes son el dolor retroesternal, la disfagia y la hematemesis, aunque sólo en el 35% de los casos aparece esta tríada[1].
El diagnóstico se realiza mediante gastroscopia objetivándose una masa submucosa de color violáceo cubierta por mucosa normal. La endoscopia debe realizarse con precaución por el riesgo de perforación[4],[5].
En la mayoría de los casos el sangrado es autolimitado. Por este motivo, el manejo suele ser conservador, requiriendo únicamente medidas de soporte y dieta absoluta. No existen evidencias que justifiquen el uso de IBP[1].
La evolución natural es la resolución espontánea. Por este motivo y el riesgo de ruptura del hematoma contenido, el seguimiento mediante gastroscopias no está indicado[1],[4].
Así, el HIE debe incluirse en el diagnóstico diferencial del dolor retroesternal agudo junto al infarto de miocardio y la disección aórtica, radicando su importancia diagnóstica en evitar actuaciones innecesarias que puedan producir iatrogenia en el paciente.